Tsuburaya era modelista aficionado desde niño, se trataba de un niño prodigio obsesionado con la aviación que a los 14 años acabó el instituto e ingresó en la Escuela Japonesa de Aviación. La escuela cerró 2 años después debido a un accidente, por lo que Tsuburuya pasó a trabajar en una compañía juguetera. Por casualidad conoció al director Yoshiro Edemasa que le ofreció trabajar como cámara en la productora Nikkatsu en 1919 y luego en Ogasaware Productions, donde trabajó en la película Hunchback of Enmeiin y en la exitosa A Page of Madness (1925)
Aunque no comenzó a trabajar exclusivamente como cámara hasta 1927 en Shochiku Kyoto Studios, donde usó técnicas inéditas en el cine japonés, como el uso de grúas para las cámaras o las sobre-impresiones, que usó por primera vez en Chohichiro Matsudaira. Tsuburaya pronto sería conocido por su uso de los efectos especiales. Durante los años 30 fue pasando por diferentes estudios, hasta que acabó en Toho en 1938 como jefe de efectos especiales, se montó su propio sub-estudio dependiente en 1939 y ganó varios premios. Durante la Guerra Sino-Japonesa y la Segundo Guerra Mundial realizó efectos especiales para películas de propaganda belicista como The Imperial Way of Japan (1938), Naval Bomber Squadron (1940), The Burning Sky (1940)
Decisive Battle in the Skies (1943), Kato hayabusa sento-tai (1944) y The War at Sea from Hawaii to Malaya (1942)
Según la leyenda, el general Mc Arthur quedó tan impresionado con esta película que pidió a Frank Capra que añadiese parte del metraje en un documental como muestra del Ataque a Pearl Harvour. Tras la segunda guerra mundial, a causa de haber participado en películas de propaganda le costó encontrar trabajo en ninguna productora, así que se montó su propio estudio: Tsuburaya Visual Effects Research, que trabajó en efectos especiales por encargos, hasta que en los 50 volvió a Toho, allí realizó los efectos especiales de su obra más famosa
Godzilla (1954). Tal cómo dijo Tsuburuya:
Cuando trabajé para Nikkatsu Studios, King Kong llegó a Kyoto y nunca olvidé esa película. Pensé para mí mismo, "algún día haré una película de monstruos como ésta".
Junto al director Ishiro Honda y al productor Tomoyuki Tanaka, formó el llamado Trío Dorado. Al contrario de King Kong, Godzilla no usó la técnica del stop motion, sinó la suitmation, el hecho de filmar a un actor disfrazado sobre una maqueta le permitía añadir más detalle a la escena, se volvió la técnica propia del género Kaiju y de hecho hoy en día es toda una tradición japonesa aún en uso. El éxito de Godzilla fue tan monstruoso que Toho comenzó a producir toda suerte de kaijus, siendo los más populares de ellos los realizados por el "Trío Dorado". Aparte de los Kaijus Tsuburaya trabajó en los efectos especiales de otras producciones como The Mysterians (1957)
o The H-Man (1958)
Cabe destacar que Toho en aquella época tenía unos presupuestos muy ajustados, y el material era bastante deplorable, para la película The Three Treasures (1959) inventó en su garaje un sistema para imprimir película en formato ancho.
Tsuburaya nunca dejó de ser fiel a Toho, en 1961 trabajó en The Last War
y en 1966 adaptaron por primera vez el género Kaiju a la TV con Ultra Q
Ultra Man
y la comedia Booska, the Friendly Beast. De las 3, Ultraman fue la que tuvo más éxito y desembocó en la franquicia Ultra Series, que aún hoy está activa. Su última película fue el kaiju del Trío de Oro All Monsters Attack (1969)
y al año siguiente murió, tras 50 años como técnico de efectos especiales en los que participó en 250 películas.
A no ser que seáis aficionados al género Kaiju seguramente no entenderéis qué mérito tiene Eiji Tsuburaya, los efectos especiales de sus películas hoy se ven... cutres... ni siquiera podemos decir que se hicieron con las mejores técnicas existentes, pensemos que en ésta época Ray Harryhausen y George Pal producían maravillas en Model Animation, pero hay que reconocer que Tsuburaya era metódico, imaginativo y muy creativo, creó toda una serie de técnicas para hacer cine fantástico con los medios de los que disponía y tuvo éxito, tanto que sus técnicas se convirtieron en todo un oficio artístico de referencia que continuó perfeccionándose tras su muerte, incluso se utilizaron en el re-make de King Kong de 1976, y a diferencia de la Model Animation de Harryhausen, la suitmation de Tsuburaya aún hoy sigue viva.
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